
Tras la presentación de El Enclave – Casandra encadenada en Málaga, el pasado 25 de mayo de 2018, anuncié en esta página web que iba a iniciar una nueva etapa como escritor.
Como símbolo de la misma, he subido este vídeo, elaborado con las magníficas fotografías de Esther Lobo y Diego Sáez, que es una metáfora de las circunstancias y motivaciones de ese cambio.
La historia no está narrada de forma explícita. Por un lado, habría que leer entre líneas. Por otro, se resumen varios acontecimientos biográficos en una figura femenina única. Esa figura femenina no fue, en realidad, una sola mujer. Pero todas las mujeres que, a su vez, representa fueron importantes y decisivas en mi vida y me llevaron a decidirme por un cambio que, sin ellas, quizás nunca hubiera llevado a cabo.
Es demasiado pronto para poder contar todos los detalles de todas las historias que han coincidido en el tiempo para empujarme a comenzar un nuevo ciclo en mi vida. Algún día, encontraré el estado de ánimo propicio para poder revelar qué se esconde detrás de las frases tan sucintas y sintéticas de este vídeo. Mientras tanto, el espíritu de lo sucedido late, de forma milagrosa, en estas imágenes. Esther y Diego, sin que yo les dijera nada, supieron no solo retratarme físicamente, sino que reflejaron de forma intuitiva qué estaba ocurriendo en mi interior. Son los hechos mágicos e inexplicables que suceden con el arte y la creación, que adivinan la verdad antes que la razón sepa penetrar en ella. Son una mirada secreta, en ocasiones mucho más certera y lúcida que la propia mirada tangible: la mirada que es capaz de profundizar en el mundo que se esconde debajo de la realidad aparente.