
El pasado jueves 5 de mayo, en el Centro Cultural Pablo Picasso de Torremolinos, dentro del Ciclo Cine Club +16, organizado por el Área de Cultura del ayuntamiento de dicha localidad de la Costa del Sol, José Manuel Cruz presentó la película El editor de libros, dirigida por Michael Grandage y protagonizada por Colin Firth, Jude Law, Laura Linney, Nicole Kidman y Guy Pearce.
En su presentación, José Manuel Cruz apuntó, en primer lugar, al carácter de clásica producción británica de la película, con su impecable ambientación y la magnífica caracterización de los personajes y, en segundo lugar, mencionó los tres elementos fundamentales que había que tener en cuenta para comprender cabalmente el film:
1.- En primer lugar, había que tener en cuenta que, en español, se utiliza una única palabra («editor») con la que se nombra a dos realidades diferentes para las que, en inglés, existen dos términos claramente diferenciados: «publisher» y «editor». El término «publisher» hace mención al empresario cuya actividad consiste en seleccionar manuscritos y obtener beneficios a partir de la publicación y venta de los textos elegidos. El término «editor», en cambio, se refiere al profesional que, una vez recibido un texto, detecta su calidad, su potencial y sus defectos para indicárselos al autor y que este sea capaz de corregirlos con el fin de mejorar el nivel estético de su obra. El «editor» de la película (interpretado por Colin Firth) remite a la segunda acepción y, de este modo, se nos narra un momento importante en la vida de Max Perkins, un personaje real que, efectivamente, fue editor de figuras tan importantes como F. Scott Fitsgerald (Guy Pearce en el film), Ernest Hemingway (Dominic West) y Thomas Wolfe (Jude Law). El editor de libros se centra en la relación de Perkins con este último novelista y en cómo influyó en la factura final de sus obras.
2.- El segundo elemento importante a tener en cuenta es que, en el momento en que transcurre la historia de la película, el año 1929, se ha estado produciendo un importante cambio en el mundo de la narrativa. de modo que el estilo y la forma habituales de la novela decimonónica, que prácticamente habían permanecido inalterables durante cien años, empezaron a transformarse radicalmente con el cambio de siglo. En el ámbito germánico, tanto en el seno del imperio austro-húngaro (Robert Musil, Franz Kafka) como en Alemania (Thomas Mann, Alfred Döblin), en el francés (Marcel Proust), en el británico (Virginia Woolf, James Joyce) y en el estadounidense (Hemngway, Fitzgerald, Wolfe, William Faulkner), comienzan a surgir obras que renuevan la novela tradicional y suponen un reto para autores, editores y lectores.
3.- Finalmente, José Manuel Cruz mencionó que un elemento subrepticio que aparece como una subtrama de la película es cómo el llamado «cierre de la frontera» en Estados Unidos, con la configuración definitiva de una país que iba del Océano Atlántico al Pacífico, la construcción de una nación muy diferente a la inicial con las trece colonias independizadas de Gran Bretaña, lleva a la idea de querer crear la «gran novela americana», la obra narrativa que representase el alma del país, del mismo modo que Don Quijote de la Mancha lo hace para España, Guerra y paz para Rusia, Kalevala para Finlandia o el Martín Fierro para Argentina. El empeño final de Thomas Wolfe será crear esa gran obra, una obra que recoja todo el alma de un país nuevo con ansia de renovación permanente.
Como resumen final de su exposición, José Manuel Cruz apunta que el guion del film, escrito por John Logan (autor de los guiones de películas tan prestigiosas como Un domingo cualquiera, Gladiator, El último samurái, El aviador, La invención de Hugo, Skyfall, Spectre y la serie Penny Dreadful) ayuda a combinar todos estos temas con gran talento y logra solucionar el gran riesgo que la historia presentaba (el caer en la pedantería) gracias a la calidez emocional con que los personajes son tratados, lo cual ayuda a que el espectador conecte plenamente con ellos y con sus circunstancias.
José Manuel Cruz quiere agradecer al Área de Cultura del Ayuntamiento de Torremolinos por la invitación al ciclo y reconocer el mérito y valor de una iniciativa que ayuda a dar a conocer e impulsar a la cultura, en general, y al cine, en particular, iniciativa que solo cabe aplaudir y animar a que sea tomada como ejemplo y referencia.